En nuestro artículo anterior, exploramos cómo la inmersión en frío puede favorecer la pérdida de peso y cuántas calorías puedes quemar. Pero la cuestión más apasionante es qué ocurre exactamente en el interior de tu cuerpo. Por un lado, la inmersión en frío quema grasa. Por otra, ayuda a crear grasa «buena» que en realidad actúa para quemar la «mala».
Índice de contenidos

Los tres tipos de grasa: blanca, marrón y beige
En primer lugar, debemos examinar los distintos tipos de grasa. ¡Porque no todas las grasas son iguales! Hay tres tipos diferentes de grasa:
- Lagrasa blanca es la menos deseable porque favorece la inflamación y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, arteriosclerosis, diabetes, trombosis, infartos de miocardio, derrames cerebrales y mucho más. La grasa blanca también favorece la obesidad, almacenándose en zonas rebeldes del cuerpo
- Tipo manzana (distribución androide de la grasa): Grasa blanca concentrada alrededor del estómago y las nalgas. Este tipo tiene mayor riesgo de diabetes y problemas cardiovasculares.
- Tipo pera (distribución ginoide de la grasa): La grasa blanca se almacena principalmente en las caderas y los muslos, y se distribuye más uniformemente por el cuerpo.
Se ha demostrado científicamente que la abdominal (tipo manzana) es especialmente peligrosa y debe reducirse al máximo.
- La grasa parda es exactamente lo contrario. En lugar de almacenar energía, la quema para generar calor mediante un proceso denominado termogénesis. Su elevado número de mitocondrias le confiere su color marrón.
- La grasa beige es un híbrido entre la grasa blanca y la grasa parda. Tiene el potencial de actuar más como grasa parda en las condiciones adecuadas, especialmente con la exposición al frío.
Grasa parda: la asesina de la grasa blanca
El tejido adiposo marrón se denomina a veces la «central de quema de grasas» del cuerpo, porque, a diferencia de su homólogo blanco, obtiene su color de las mitocondrias marrones. Las células adiposas marrones son capaces de producir energía en forma de calor. A diferencia de las mitocondrias «normales», las asesinas de grasa parda no producen trifosfato de adenosina (ATP, la fuente de energía universal del organismo), sino que convierten el azúcar y la grasa en calor. Este proceso se denomina termogénesis. Piensa que es como tu propio horno incorporado.
En los lactantes y los mamíferos recién nacidos, la grasa parda es abundante porque carecen de masa muscular para tiritar eficazmente. Los adultos, sin embargo, tienen mucha menos. Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que los adultos no tenían ninguna. Hoy sabemos que alrededor del 10% de los adultos aún tienen unos pocos gramos, principalmente en las zonas del cuello, el pecho y los hombros.
Aunque es una cantidad pequeña, activar y expandir este tejido puede tener un gran impacto en el metabolismo y la quema de grasa.
Cómo la inmersión en frío estimula la grasa marrón y beige
El objetivo es acumular más tejido adiposo marrón y beige. Pero, ¿cómo funciona esto? La respuesta es sencilla: la exposición al frío es el estímulo clásico para la producción de tejido adiposo marrón.
Prácticas como las zambullidas frías, los escalofríos o incluso las duchas frías hacen que tu cuerpo convierta la dañina grasa blanca en grasa marrón o beige, que quema calorías. Según los estudios, las zambullidas frías son las más eficaces porque la inmersión de todo el cuerpo proporciona un estímulo frío mucho más fuerte que una ducha rápida.
Por desgracia, la mayoría de los adultos han perdido su grasa parda. Como consecuencia, también han perdido la capacidad de calentarse eficazmente y ya no son tan resistentes a los efectos del frío. Por tanto, los adultos arrastran mucha grasa blanca poco saludable alrededor de su cuerpo y órganos como si fuera ropa para protegerse, como una morsa. Sin embargo, sería más inteligente llevar menos grasa blanca y tener las centrales nucleares preparadas para generar calor siempre que sea necesario. Otro efecto positivo, además de la regulación de la temperatura corporal, es la conversión de la grasa blanca en grasa parda cuando se activa con el frío. Así que puedes perder peso y grasa blanca entrenando tus células de grasa parda y beige mediante inmersiones regulares en frío.
Conclusión
La inmersión en frío no es sólo una herramienta para quemar calorías; es una forma de remodelar la manera en que tu cuerpo maneja la grasa. Al estimular la grasa marrón y beige y reducir al mismo tiempo la grasa blanca poco saludable, creas un cuerpo que quema energía de forma más eficaz. Con la práctica constante, la grasa se convierte en tu aliada, no en tu enemiga.
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