¿Quién no querría vivir más? Y si pudieras alargar tu vida de forma totalmente natural, sería genial. La cuestión es: ¿puede ayudar realmente la exposición al frío, como las zambullidas frías? Utilizando estudios científicos, exploraremos cómo el frío puede tener un impacto sorprendentemente positivo en la longevidad.
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¿Cuál es la esperanza de vida media actual?
La esperanza media de vida varía según la región, el estilo de vida, la atención médica y otros factores. En general, la esperanza de vida ha aumentado en muchas partes del mundo en las últimas décadas, debido principalmente a los avances de la medicina, la mejora de la nutrición y las condiciones de vida.
La esperanza de vida media en todo el mundo es de unos 72 a 73 años. En Alemania, la esperanza de vida es ligeramente superior, pero ha vuelto a descender en los últimos años. En las últimas décadas, sólo hemos conocido una dirección, a saber, hacia una mayor esperanza de vida. Sin embargo, tras la pandemia de coronavirus, la esperanza de vida volvió a caer, pasando de 78,7 a 78,1 años para los hombres y de 83,5 a 82,8 años para las mujeres en Alemania en 2023. Estas estadísticas son calculadas anualmente en Alemania por el Instituto Federal de Investigación Demográfica (BiB). Y de forma similar a esta tendencia alemana, la esperanza de vida evoluciona en toda Europa.
¿Qué factores influyen en la duración de la vida?
- La asistencia sanitaria: El acceso a un sistema sanitario de alta calidad desempeña un papel importante en la esperanza de vida. Los países con sistemas sanitarios bien desarrollados y una atención médica completa suelen presumir de una mayor esperanza de vida de sus ciudadanos.
- Estilo de vida y comportamiento: Un estilo de vida sano, la actividad física regular, una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol o drogas influyen positivamente en la esperanza de vida.
- Estatus socioeconómico: La educación, los ingresos y el estatus social también influyen en la esperanza de vida. Las personas con un estatus socioeconómico más alto suelen tener una mayor esperanza de vida.
- Factores medioambientales: El medio ambiente, incluida la calidad del aire y del agua y el acceso a agua potable limpia e instalaciones sanitarias, influye en la salud y, por tanto, también en la esperanza de vida.
- La genética: Nuestra predisposición genética influye en nuestra susceptibilidad a determinadas enfermedades.
- Enfermedades infecciosas: La prevalencia de las enfermedades infecciosas en una región también puede afectar a la esperanza de vida.
- Condiciones de vida en la vejez: La calidad de vida en la vejez, incluido el apoyo social, el acceso a los servicios asistenciales y las condiciones de vivienda, también influye en nuestra esperanza de vida.
- La nutrición: La nutrición desempeña un papel decisivo en la salud. Una dieta equilibrada con una ingesta suficiente de nutrientes influye positivamente en la esperanza de vida.
¿Cómo se relacionan el frío y la duración de la vida?
Cada vez hay más pruebas de que la exposición al frío, como durante una zambullida fría, también podría influir positivamente en la esperanza de vida. Como parte de su investigación en el Grupo de Excelencia para la Investigación del Envejecimiento CEDAD, científicos de la Universidad de Colonia estudiaron nematodos portadores de genes de dos enfermedades neurodegenerativas. Aunque los nematodos se desarrollan normalmente a temperatura ambiente, se sobreenfriaron deliberadamente para este experimento. El asombroso resultado del estudio muestra que los nematodos que se mantuvieron en condiciones frías no sólo eran más activos, sino que también tenían una vida más larga en comparación con sus congéneres que se mantuvieron a temperatura ambiente.
Estudios anteriores ya habían demostrado que el frío también aumenta la fertilidad de los nematodos. Los investigadores interpretan estos hallazgos como una indicación de que el frío puede activar los procesos de limpieza celular, que a su vez conducen a una descomposición acelerada de los cúmulos de proteínas nocivas. Se sabe que estos depósitos de proteínas están asociados a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Huntington y el Parkinson.
El director del estudio, David Vilchez, espera que la investigación sobre los nematodos proporcione importantes conocimientos sobre los efectos beneficiosos para la salud del frío y que estos hallazgos puedan ser transferibles a los seres humanos. La activación de procesos de limpieza en las células podría ser un enfoque prometedor para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas (es decir, enfermedades del sistema nervioso) en humanos. Por ello, el Dr. Vílchez subraya la importancia de esta investigación para comprender mejor los mecanismos biológicos que subyacen al envejecimiento.
Más estudios que apoyan el frío y la longevidad
También se obtuvieron resultados positivos en experimentos con ratones, en los que se prolongó la vida útil en una quinta parte reduciendo su temperatura corporal. El Dr. David Vílchez está entusiasmado con los resultados, que muestran similitudes con los experimentos con gusanos filamentosos. Se observó una mayor actividad del proceso de limpieza celular en los ratones a temperaturas más frías.

En una entrevista con SWR2 Wissen, Vilchez explica: «Estábamos encantados, era igual que con los gusanos. El proceso de limpieza celular era más activo a una temperatura más fría». Esto llevó a plantearse si la reducción de la temperatura corporal también podría evitar la aglutinación de proteínas en las células humanas.
En estudios posteriores, los investigadores tomaron células humanas y se centraron en la principal proteína causante de la enfermedad de Huntington. Los sorprendentes resultados mostraron que el enfriamiento de tan sólo un grado era suficiente para impedir la formación de aglomeraciones de proteínas, ya que la proteína tóxica se degradaba con mayor eficacia en este entorno más frío. Vilchez destaca que este enfoque también funcionó con éxito en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa de la vejez.
Conclusión
Aunque no todos los estudios sobre animales deben aplicarse 1:1 a los humanos, existen pruebas muy claras del efecto prolongador de la vida de la exposición al frío en animales en los primeros experimentos sobre este tema. Las investigaciones actuales indican que el frío podría tener efectos extremadamente positivos en la duración de la vida de los seres vivos, incluidos los humanos. Esto suele deberse a mecanismos basados en la restricción calórica, la activación de procesos metabólicos y los cambios hormonales que se desencadenan ante estímulos de frío extremo. Por tanto, es más probable que sea un conjunto de medidas desencadenadas por la exposición al frío, como los baños de hielo, lo que podría conducir a una mayor esperanza de vida. Estos hallazgos arrojan una luz fascinante sobre la posibilidad de desarrollar enfoques terapéuticos para prevenir o ralentizar las enfermedades neurodegenerativas en humanos mediante la manipulación selectiva de la temperatura corporal.
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