Saltar directamente al agua helada puede parecer tentador -y sin duda es la forma más rápida-, pero no es la más segura. La exposición repentina puede desencadenar un shock por frío, sobre todo para los principiantes. Para sacar el máximo partido de la zambullida en agua fría, es mejor preparar el cuerpo gradualmente.
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Empieza con duchas frías
Las duchas frías son un clásico y muy suaves para el cuerpo. Estimula la circulación sanguínea del cuerpo y te despierta. Lo mejor es ducharse con agua fría a primera hora de la mañana: funciona como un café y te proporciona un comienzo relajado del nuevo día. El efecto positivo dura todo el día.
Puedes empezar con agua templada, luego cambiar a tibia y, después de lavarte, ducharte con agua fría durante los últimos 10-30 segundos. Luego deja de utilizar el ajuste tibio y deja de utilizar el ajuste frío. Si haces esto durante unos días o semanas seguidos, notarás cómo tu cuerpo cambia y simplemente tolera mejor el frío.
Si puedes soportarlo fácilmente, puedes ampliar los 30 segundos a 1-2 minutos, y si eso funciona bien, entonces date una ducha completamente fría. El agua de tu grifo tampoco suele ser agua helada; suele salir del grifo a una temperatura de unos 15-20 grados centígrados. Te darás cuenta de que aún hay margen de mejora (o de temperatura) ;-)
Prueba a alternar las duchas
Si ducharte directamente con agua fría o con una ducha fría más larga es demasiado para ti, también puedes probar las duchas alternas. Las duchas alternas consisten, como su nombre indica, en alternar duchas frías y calientes. Puedes hacerlo 2 ó 3 veces seguidas y luego parar con la fase fría, que volverá a contraer los vasos sanguíneos.
Respiración correcta
Es natural que empieces a jadear en cuanto te duchas con agua fría. Entrénate para inspirar y espirar lenta y uniformemente. El reflejo natural es respirar rápida y brevemente. En lugar de eso, entrénate para respirar lenta y constantemente. La respiración controlada reduce la sensación de shock y dolor, ayudándote a mantener la calma y a soportar el frío mucho mejor y durante más tiempo.
Tómate el tiempo que necesites
No te presiones y no tengas prisa. A menudo es más desagradable pensar de antemano en tener que pasar frío de lo que realmente es para ti. Intenta no ducharte con agua fría durante demasiado tiempo; de lo contrario, puedes entrar rápidamente en hipotermia y perder el interés. Ducharse con agua fría bajo estrés porque tienes que salir superrápidamente, o tu cabeza está llena de otros pensamientos, no es lo ideal. Intenta mantener la concentración y observarte: tu respiración, el frío, la reacción de tu cuerpo durante y después de la ducha. Intenta celebrar un poco el frío. Te darás cuenta de que, al cabo de un rato, es muy divertido y lo disfrutarás.
Encuentra un socio o grupo
Como suele ocurrir en la vida, el buceo en frío es más divertido en compañía, y tienes que ser menos disciplinado si tienes un compañero que comparta tus mismos intereses. Queda regularmente para tus primeros intentos de zambullida en frío. También tiene sentido salir con alguien que pueda cuidarte en caso de emergencia. El buceo en aguas frías no está exento de peligros, y puedes sufrir hipotermia. Por eso siempre es bueno tener a alguien a tu lado, aunque sólo sea para hacerte sentir bien.
Calentamiento antes y después
El ejercicio suave antes de sumergirte en agua fría puede ayudar a preparar tu cuerpo. Debes entrar en calor después de sumergirte en agua fría. Muévete, estírate y luego ponte ropa de abrigo. Dependiendo del tiempo que hayas estado en el agua fría, puedes sentir frío durante un rato, así que no te saltes este paso.
Protégete la cabeza, las manos y los pies
Puedes perder mucho calor muy rápidamente a través de la cabeza. Se puede perder hasta un 30% en poco tiempo. La cabeza es también una de las partes más sensibles del cuerpo, y el calor se escapa a través del pelo largo mucho después de la zambullida en el frío.
También se pierde mucho calor por las manos y los pies. Esto se debe a que son las partes del cuerpo a las que ya no llega sangre, así como durante un choque frío, ya que la sangre vuelve al centro del cuerpo. Las manos y los pies suelen empezar a doler muy rápidamente. Si quieres evitarlo, simplemente mantén las manos fuera del agua fría y protégete los pies con zapatos o calcetines de neopreno.
Así que eso sería un error en el sentido más estricto de la palabra ;-)

Conclusión
Prepararse para zambullirse en el frío consiste en facilitar la entrada de tu cuerpo en el frío paso a paso. Empieza con duchas frías, concéntrate en tu respiración y no tengas prisa. Tener un compañero ayuda con la motivación y la seguridad, y el calentamiento posterior es tan importante como la propia zambullida.
Protege las zonas sensibles, como la cabeza, las manos y los pies, y podrás disfrutar de la inmersión en frío con seguridad y aprovechar todos sus beneficios.
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